Acercarse a las ventanas

Estos días está nevando en casi toda España.  Una bonita estampa sin duda alguna. Paisajes idílicos, campos y ciudades cubiertos de un manto de nieve, que a todos nos apetece contemplar.  Dar un paseo por el exterior para disfrutar de la nieve está bien, pero seguramente el intenso frío que nos acompaña nos invita más pronto que tarde a regresar al calor del interior del hogar. 

Es aquí donde notamos un hecho diferencial dentro de los hogares.  Un comportamiento diferente en las personas en función del tipo de ventanas que tengan en su casa. Podríamos pensar que es una pregunta para investigar en «Cuarto Milenio» o en «Misterios sin resolver», pero nada de eso. La respuesta es mucho más sencilla.

Aquellas personas que en su vivienda no tienen unas ventanas aislantes, apenas se acercan unos instantes a contemplar la nieve a través de la ventana. Y es que según se acercan, van notando como el frío se va haciendo más intenso. Una miradita rápida y se vuelven para el centro de la habitación que es donde la temperatura es más alta. Este es el comportamiento más habitual que se repite todavía en millones de hogares. Estás zonas frías cerca de las ventanas, se producen tanto por filtraciones de aire por ventanas no estancas,  como por la transmisión a través de los perfiles y vidrio, que se hace especialmente notorio en estás épocas frías con nevadas y heladas, a través de aquellas ventanas que no son aislantes.  La temperatura en la superficie interior de las ventanas puede llegar a ser tan baja como la temperatura de fuera. Esto sucede sobre todo en la ventanas de aluminio que no tienen rotura de puente térmico o en las que incluso teniéndola, no es de la calidad suficiente. Es como tener una placa frigorífica en la pared de nuestra casa.

Estas personas que sufren este efecto repelente de la zona cercana a las ventanas, deberían preguntarse la cantidad de energía que se les está escapando por las ventanas todo el año y muy especialmente en estas fechas.

En cambio, aquellos hogares, que tienen instaladas unas ventanas aislantes como las de OnVentanas, parecen tener un comportamiento diferente. Se acercan a la ventana y no notan que en esa zona una temperatura sea diferente. Es la prueba más evidente de que están disfrutando de unas ventanas aislantes.  Y por eso, se quedan contemplando y disfrutando del paisaje tranquilamente a través del cristal. 

Y es que como vemos en la imagen, incluso a los gatos, poco amigos del frío, les gusta quedarse al lado de las ventanas…

 

 

 

 

2018-02-06T12:44:12+01:00martes, 6 de febrero de 2018|Ahorro energía|Sin comentarios

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